Casi dos siglos de recuerdos y vivencias por las calles y corrales del barrio es lo que ayer nos pudieron contar nuestros Hermanos: Josè Marìa Suàrez San Miguel, Josè Luìs Benìtez y Carlos Moràn en el Salòn de Actos del Cìrculo Mercantil en su Sede de la Calle Sierpes con motivo de la Exposiciòn de la Hermandad que se celebra estos dìas.
Como si nos agarràsemos a sus manos nos subieron el Puente y desde lo alto nos hicieron ver los Corrales, El Campo de los Màrtires, La Laboriosa, La Viña, las tres Clìnicas (Santa Isabel, Virgen de los Reyes y Virgen de Regla) y el horizonte que marcaba "El 103".
El Barrio estaba en plenitud con infinidad de "pequeñas" empresas, habìa de todo: Desde los Comestibles de Hortal, de Benito, una Carbonerìa, Fàbrica de Barriles y Bocoys de vino y aceitunas para Amèrica, Polvero, Zapatero, Cocheras de Taxis, Fàbrica de corchos Arjona, Conservas y Litografìas Moràn...la Industrializaciòn a pequeña escala de esta zona de la ciudad era inminente.
Habìa locales habilitados para resguardar a los animales de carga de los Panaderos de Alcalà, èstos, despuès de aliviar su sed en el Bar Jota, comenzaban a repartir el Pan Alcalaino por Sevilla.
Còmo no acordarse del Corralòn de Regino, aquel hombre que fue capaz de construir un camiòn con las chapas y los hierros de un aviòn el cuàl servìa para traer maderas al barrio, un autèntico Ingeniero de la vida diaria.
La Hermandad fue trayendo gente a la Parroquia, el crecimiento basado en la ayuda al necesitado era una de las claves primeras de todos los que la conformaron o empezaron a dar forma a lo que hoy en dìa tenemos el privilegio de disfrutar.
Salieron a escena numerosos nombres. Los Pàrrocos D. Josè Sànchez, Capellàn del Ejèrcito al que màs tarde llamarìa el Cardenal Segura para colaborar directamente con èl y al que en aquellos inicios hasta una Señora le entregò una vela de promesa para Pilatos, ya se empezaba a coger cariño al Gobernador. Tambièn se recordò al querido y muy respetado por la Hermandad D. Josè Salgado Gonzàlez, el Salòn Principal de nuestra Casa Hermandad lleva su nombre, imaginaos el cariño que se le tiene. Persona que se entregò totalmente a las necesidades de los vecinos con total humildad. Tambièn empezò a llevar al Seminario a muchos de los jòvenes que frecuentaban la Parroquia y como no, acordarse de nuestro Hermano Marcelino Manzano Vilches que actualmente ejerce como Delegado de Hermandades y Cofradìas de la Archidiòcesis de Sevilla.
Otro aire y otras luces han refrescado a nuestra Parroquia con D. Manuel Luque, nuestro actual Pàrroco, que ha dotado a la Feligresìa de esa participaciòn que desde los inicios tanto se ha luchado, la Juventud.
Tambièn recordamos los lugares en los que han estado guardado los Pasos desde sitios habilitados en la Plaza de Toros de la Monumental, en la Fàbrica de Naranjas, en la Calle San Ignacio en Tejada e incluso en un lugar habilitado por el Ayuntamiento bajo el Puente. Durante el año en ese sitio se iban almacenando en funciòn de la època ademàs de nuestros Pasos, los del Beso de Judas, Lanzada, Valvanera e incluso hasta la Carreta del Simpecado de Sevilla.
Tambièn se recordò el Pilar de las Cabritas que Moràn recordaba que se perdiò cuando empezaron las obras de ensanchamiento de la calle y las tuberìas de agua de 800 pulgadas se metieron por debajo de la acera en vez de por enmedio de la calzada. Nuestro Hermano Manuel Rodrìguez Hidalgo nos aclarò que desde la Casa de Pilatos hasta dicho Pilar habìa la distancia exacta del camino al Calvario de Jesùs. Allì confluìan los primeros Vìa Crucis hasta la posterior construcciòn del Templete de la Cruz del Campo y la ampliaciòn de las Estaciones.
Se destacò la figura de Manolo Ponce como piedra angular del cambio en la Hermandad, en sus veintitantos años de Hermano Mayor se pasò al mayor crecimiento de hermandades de Sevilla, llegando segùn la Revista Monte Tabor, dato aportado por nuestros Hermanos Manolo Bermudo y Carlos Moràn, a ser la primera Hermandad que ponìa 1000 nazarenos en Campana.Atràs quedaban esos tramos de 6 nazarenos que conformaba nuestro Hermano Josè Marìa Suàrez para realizar el recorrido. Bermudo invitò a Moràn a explicar la razòn de este crecimiento en tan poco tiempo. Nos contaba Carlos que hubo un intento de crear una Centuria y se compraron panas moradas que venìan en grandes cajas blancas para confeccionar la ropas de dichos centuriones. El Cardenal no estuvo por la labor y esa tela se empleò para elaborar unas 700 tùnicas y antifaces propiedad de la Hermandad, asì que con las 250 que podìan tener los hermanos en su propiedad, se llegò estremadamente ràpido a poner en la Carrera Oficial a 1000 Nazarenos morados y blancos por primera vez.
Con ello y una vez solventados en la Iglesia los problemas acaecidos por las inundaciones del 48, se empezò a trabajar para atraer a la JUventud a nuestra Hermandad y hoy, esos hermanos que todavìa viven esos recuerdos se vuelven locos de ALEGRÌA, siempre la ALEGRÌA, de ver la Hermandad como ellos soñaron.
La Hermandad empezaba a tener cada vez màs adeptos e incluso se recordò a un Padre que fue un Martes Santo a pedir una tùnica para su hijo, enfermo terminal, que no querìa morirse sin vestirse de nazareno de San Benito. Desde su balcòn, ataviado con el antifaz morado y tùnica y capa blanca decìa adios a la Virgen de la Encarnaciòn para esperarla en el Cielo porque a la Gente de San Benito nos gusta estrenar algo...cada Martes Santo.