Llevamos unos años conocièndolo, llevamos poco tiempo disfrutando de èl.
Hemos visto crecer a su bebè, hemos visto còmo, sin aùn haberlo saboreado, iba inculcando, fijando, regando a su arbolito para que el dìa de mañana cuando èl mismo tenga capacidad de decisiòn haga lo mejor que crea segùn la educaciòn que sus Padres le dieron.
Dìa a dìa en todos y cada uno de los Actos que, a lo largo de estos años sin salir, ha querido participar como uno màs, como debe ser un Costalero, callado, respetando y obedeciendo a lo que se manda.
Poco a poco èl ha ido aprendiendo cosas duras de la vida como regalarte algo que ansìas pero no dejarte desenvolverlo de la caja en la cual te lo entregan hasta dentro de casi cuatro largos años.
Ahì està esa caja en esa silla de enea a los pies de la ventana por la que ve a lo lejos su Ciudad y sigue soñando con abrirla al compàs de una marcha cualquiera, no le importa eso, sigue preparàndose para ese momento que èl sabe seguro llegarà, ya lo tiene cerca, lo huele.
Su hijo se ha hecho mayor, quizàs ese Premio es el màs merecido, va a poder casi entender la emociòn en la cara de su Padre cuando salga por primera vez por el costero izquierdo. Seguro ese primer beso serà para èl y para ella, su mujer, que seguro sabe lo que ha pasado hasta ahora.
Su corazòn guarda emociones, su cabeza guarda templanza. Asì es còmo deben llevarse estas cosas.
No es el ùnico en la Cuadrilla al que le ha pasado esto, pero yo hoy quiero decirles a todos ellos que sigan con el mismo son, que sigan viviendo todos y cada uno de los ensayos que les quedan hasta el Martes Santo con la misma ilusiòn de siempre, que vayan aprendiendo en cada mecida de còmo se va haciendo uno Costalero del Señor, Costalero de Sevilla.
Esta Cuadrilla sabe entender lo que les ha tocado vivir, muchos ayudan a estos compañeros que seguro han intentado buscar alguna explicaciòn a todo esto y no han encontrado.
Èl ya lleva a su hijo de Iglesia en Iglesia buscando esa imagen que le pueda aclarar todas esas preguntas de "Por què no todavìa?" Es aficionado a la fotografìa y mientras premia a su hijo con un par de donuts por su buen comportamiento, busca en el silencio de un besapiès su explicaciòn.
Èl sigue sin abrir su caja de madera que contiene su regalo, pero hace un par de dìas sabemos que encontrò esa explicaciòn y no dudò en mostràrnosla, eso es lo que va a hacer dentro de seis semanas, mostrarle a Sevilla, como un Sueño puede hacerse realidad, Presentar al Señor como asì nos lo ha regalado.
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